A la luz de la severa crisis económica y financiera de Argentina, la tasa de inflación en el país sudamericano se ha disparado a más del 78,5 por ciento. Solo en agosto, los precios aumentaron un 7 por ciento con respecto al mes anterior, informó este miércoles la Comisión Nacional de Estadística (INDEC). Los analistas esperan que la inflación en Argentina supere el 90 por ciento para fines de año.
Argentina tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo. El banco central constantemente imprime dinero nuevo para financiar los déficits presupuestarios. Además, Argentina ha estado en una severa crisis económica durante años. La segunda economía más grande de América del Sur sufre de un aparato estatal inflado, baja productividad industrial y una gran economía sumergida que le hace perder al estado una gran cantidad de ingresos fiscales. La moneda nacional, el peso, sigue depreciándose frente al dólar estadounidense, y la montaña de la deuda sigue creciendo.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció planes para reducir el déficit presupuestario, crear reservas de divisas y controlar la oferta monetaria. Más recientemente, Argentina viajó a Washington para conversar con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que debe alrededor de 44.000 millones de dólares.
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