A partir del: 26/03/2023 15:04
El multimillonario Enrique Pinero usa su riqueza para llamar la atención sobre los delitos ambientales. En su Boeing, vuela bajo sobre las flotas pesqueras ilegales que faenan en la zona económica exclusiva argentina.
18:30 en Buenos Aires. Un vuelo privado de larga distancia despegó del aeropuerto de Ezesa hacia el anochecer. Después de un tiempo, se da la vuelta y sale volando hacia el mar abierto. Objetivo: 200 millas de la costa. Allí termina la zona económica exclusiva de Argentina.
Enrique Piñero, con una barba canosa de tres días, se sienta en la cabina, pilotando su Boeing en la noche oscura. Piñeyro, de 66 años, es piloto, actor, médico y, sobre todo, muy rico. Su abuelo fundó un imperio empresarial. Con la venta de sus acciones, Piñero se independizó y desde entonces ha hecho repetidas apariciones como activista ambiental.
Un mar de luces desde los barcos de pesca
Está amaneciendo afuera mientras sirve bocadillos y vino de su propio restaurante a los periodistas y diplomáticos que navegan con él. Piñeyro baja su Boeing a 1.700 metros de altura. De repente, aparece un mar de luces debajo del avión, casi como un cielo estrellado.
El avión ha alcanzado el objetivo de la actual misión de Piñeyro: quiere mostrar al público la pesca ilegal en las costas argentinas. Son principalmente los barcos pesqueros chinos los que tamizan sus redes en gran medida en la zona económica exclusiva de Argentina. En la oscuridad, los reflectores de innumerables barcos eran claramente visibles. Al volar por encima, el mar se ve brillante como una gran ciudad. “Sobrevolamos esta flota durante 30 minutos y no se detiene porque es muy grande”, explica enojado Piñero.
Como piloto, Pinero ha pasado décadas monitoreando flotas pesqueras extranjeras ilegales frente a las costas de América del Sur.
Imagen: ARD Studio Río de Janeiro
26 millones de toneladas de caza furtiva ilegal al año
Para abril de 2021, contaron 517 barcos, dijo Piñero a través de un micrófono a bordo. Exactamente cuántos hay en este momento solo se puede determinar mediante la evaluación de los registros. Piñero dice que los barcos son en su mayoría de China, pero también se han visto flotas japonesas y coreanas ilegales.
En el Pacífico, a lo largo de las costas ricas en peces de Perú y Ecuador, el mar se ilumina por la noche cuando las flotas extranjeras explotan el mar. Pinero ya estaba allí con su Boeing.
Estas flotas pesqueras pescan rutinariamente en zonas económicas extranjeras sin permiso. Como piloto, Pinero ha estado observando esto durante décadas. Los expertos estiman que hasta 26 millones de toneladas se extraen ilegalmente en todo el mundo cada año. Las flotas suelen tener como objetivo la langosta, la merluza y el calamar.
Una imagen impresionante
Enrique Piñero es una figura deslumbrante en Argentina. Era conocido por todo lo relacionado con los accidentes aéreos. Como piloto de LAPA en la década de 1990, señaló repetidamente los estándares de seguridad deficientes y, como resultado, renunció.
No mucho después, sus advertencias se cumplieron trágicamente: en 1999, el avión de Lapa se estrelló al despegar en Buenos Aires. 63 personas murieron. A partir de la historia de su profecía desafortunada, Pinero hizo una película, “Whiskey, Romeo, Zulu”, protagonizada por él mismo. Produjo varias películas, actuó como comediante y abrió un restaurante en Buenos Aires que estuvo reservado durante meses.
Actividades humanitarias con impacto mediático
Piñeyro no quiere hablar de su riqueza millonaria y no da cifras. Una cosa está clara: pertenece a una de las familias más ricas de Argentina, Rocca, propietaria del grupo industrial multinacional Tekint. Después de que Enrique Piñeyro vendiera sus acciones en la empresa, fundó la organización solidaria Solidaire.
Desde entonces, ha seguido atrayendo la atención de los medios con campañas humanitarias efectivas, dispuesto a sentarse en la cabina de su avión. Más recientemente, ha llevado refugiados ucranianos a varios países anfitriones. Trabaja con la ONG española Open Arms, que, entre otras cosas, rescata refugiados del Mediterráneo.
“Gran daño al futuro”
El camino a la cabina es largo cuando se vuela a través del Atlántico. A muchos periodistas les gusta mirar por encima del hombro del millonario en el trabajo. A bordo también se encuentran los embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón en Argentina. Quieren hacerse una idea del tamaño de las flotas pesqueras.
En rueda de prensa en el hall del aeropuerto, Piñeyro aclaró una vez más cuáles eran sus intenciones: “Este tipo de destrucción marina hay que prevenirla con la ayuda de acuerdos internacionales, porque los efectos de esta pesca se pueden sentir en todo el mundo”.
Si se sale con la suya, los países afectados vigilarán sus fronteras con vuelos diarios. Algunos barcos controlados por el estado no realizan esta importante tarea. La pesca ilegal es un “daño importante para el futuro” y tiene consecuencias a largo plazo para todo el ecosistema. “No es solo un problema argentino, es un problema de toda la humanidad”.
Según el activista Enrique Piñero, son principalmente las flotas pesqueras chinas las que tamizan a gran escala la zona económica exclusiva argentina con sus redes.
Imagen: REUTERS
Jet set por una buena causa
No tenía mucho tiempo después del vuelo. Al día siguiente vamos a Líbano. Allí quiere entregar ayuda a Siria. Luego vuela a Madrid y Varsovia para transportar refugiados ucranianos a Canadá. ¿Por qué está haciendo esto? “¿Por qué no lo hago yo?” Piñero vuelve a preguntar. Es pura amabilidad. “La humanidad es algo que nos concierne a todos, y los necesitados están necesitados”.
Ya sea como actor principal en películas o al mando de su avión privado: Enrique Piñero no solo invierte mucho dinero en proyectos en los que se compromete, sino que también se pone a sí mismo en el centro de la acción. Actor, piloto, restaurador, médico y ecologista.
Sin embargo, su vuelo transatlántico generó una gran cobertura mediática porque alertó a sus compañeros de viaje sobre un problema que de otro modo no habrían visto.
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